El PERIODISMO DE DENUNCIA

Por Paty Larrañaga

Afortunadamente para mí el periodismo que he podido practicar a mi vida y ya tengo más de cincuenta años practicándolo es un periodismo “Rosa”, entrevisto gente “Bonita “exitosa, artistas, toreros, cantantes, escritores, deportistas, corredores de autos, en fin, gente que tiene algo alegre o bonito que decir a la audiencia. Empecé en deportes en Televisa, y por cierto que mi primer jefe fue Jorge Berry que falleció recientemente, descanse en paz, y ese trabajo me ayudó codearme con gente muy importante, mi super maestro ya trabajando, Feliz Cortés Camarillo, que me zapeaba cuando no hacía las cosas bien y me gritaba horrible y hasta miedo le tenía, pero le aprendí muchísimo, el señor Montenegro en la XEX, compartí créditos en noticieros con Ricardo Rocha, trabajé con Sony Alarcón, Ángel Fernández, el mago Septién, ”el perro” Bermúdez papá, el original, hasta con Paco Stanley en determinado momento, muchos personajes que ahora no me vienen a la mente, el estar respaldada por una compañía tan importante hacía que nadie me negara una entrevista y me daba mucho caché, pero a lo que voy es que el periodismo que he practicado no es peligroso y está lleno de vanidad.

Ahora que vivo en Ixtapa definitivamente he visto muchas situaciones que son dignas de denunciar y fuera de que me molesta muchísimo que aquí la gente no respeta los lugares de los discapacitados, que entre otras cosas se haría millonario tránsito municipal si se dedicara a checar que no discapacitado esta estacionado en esos lugares reservados, cuando es la multa más cara son casi 3 mil pesos, pero ni hay tantas patrullas ni hay muchas ganas de hacerlo, otra cosa es que queman la basura de noche y a veces no se ve de la cantidad de humo que rodea la ciudad y huele horrible, la verdad no denuncio nada peligroso.

Existe un personaje, joven y muy arriesgado que se llama Alex Serna, pueden checar su página del Face, la labor que hace es de mucha valentía y coraje y muy peligrosa, Alex denuncia a los hoteleros y restauranteros que se roban las playas y las privatizan, con sus botas viejas va y se mete a los lugares donde han cerrado los pasos públicos a las playas toma video lo sube a su página y además denuncia penalmente a estos infractores. “David contra Goliat”, porque él mismo reconoce que muchas de las denuncia que ha realizado simplemente desaparecen o son encarpetadas debido a la corrupción que como sabemos es el mayor mal que aqueja a México y está enraizado en el alma y el corazón de muchos mexicanos que han visto crecer fortunas de dejar pasar, no ver, no aplicar la ley o hacerse los tontos ante las infracciones que cometen muchos y les cuento una que me tocó vivirla, cerca de mi casa había una enorme parota es un árbol inmenso y su madera es muy codiciada porque es bonita, es muy dura y no le entra el comején, pues un buen día temprano empecé a escuchar las máquinas  cortadoras de gran dimensión y salí a ver qué sucedía y estaban cortando la hermosísima parota que debe haber tenido unos 100 años, fui a ecología a denunciar y hasta eso si me escucharon, pero igual no hicieron nada,  llamé a Profepa y me dijeron que tenían permiso de cortarla porque las raíces estaban afectando las casas vecinas, cuando por lo menos a 200 metros no había ninguna construcción, me fui con cajas destempladas a mi casa, llegaron e hicieron rebanadas de parota como de unos 2 metros de ancho, supongo que para mesas, la destruyeron y se fueron como si nada.  Aquí se acostumbra que cuando alguien va a vender un terreno lo arrasa por completo y lo deja pelón no importando la fauna y la flora del lugar. No saben como sufren las pájaros, los tlacuaches y otros animales cuando regresan y ya no está su nido, ni su cueva y tiene que emigrar.

Pero volviendo a Alex, que estudió comunicación y desde su primer trabajo se dio cuenta que había que denunciar o por lo menos exponer tantísimas violaciones a los reglamentos, a la ecología, y que alguien debía hacer algo y puso manos a la obra.

A pregunta expresa de ¿Por qué lo haces? me dijo: porque alguien tiene que enseñarles a las nuevas generaciones que es lo que está mal, hacer conciencia de que la naturaleza se está acabando o nos la estamos acabando y a la mayoría no le importa. Se está normalizando el afectar la ecología por cualquier cantidad de dinero y no se debe normalizar lo incorrecto.

¿Qué ganas con esto?, “Económicamente nada, al contrario, he tenido que poner de mi bolsa para realizar los videos, los reportajes y las denuncias, el internet, las cámaras.

Me he ganado, amenazas, que me sigan, que me bloqueen, que me quieran golpear. He perdido muchos amigos y hasta me he tenido que alejar de otros para no perjudicarlos.

Tengo mucho apoyo moral, sé que hay mucha Gente que entiende que es necesario lo que hago, pero las pérdidas han sido más.

Entonces, ¿Hasta cuándo piensas seguir haciendo esto?  “Hasta que logre hacer conciencia en los demás, en las autoridades de que las playas son públicas, que la fauna se le respeta, que no todo es dinero, y tener, también hay que vivir y respetar. No quiero que suceda lo mismo que en Cancún, que se cerraron todos los pasos al público y si no entras a un hotel o a un negocio, no puedes ver el mar, todo está cerrado y aquí ya está empezando a suceder.”

Considero que la labor de Alex es digna de señalar, ya que está luchando contra el mundo y aunque el Presidente López Obrador haya sacado un decreto de que las playas son de todos y nadie te pude prohibir entrar, muchos han hecho caso omiso. Recuerdo aquella escena de la película El Bulto, cuando el agraviado les dice: “el presidente Lázaro Cárdenas ordenó” y las autoridades le contestan, pero el presidente ya se fue y aquí nadie escucho ni vio.

Vaya un saludo de admiración para alguien que se atreve a hacer el periodismo mas difícil que es el de Periodismo de Denuncia, sin tener una autoridad o una empresa periodística famosa por detrás para que te respalde. Mis respetos para él, un trabajo que yo no podría realizar, me reconozco cobarde, y admiro la entrega y la firmeza de Alex Serna al querer lograr cambiar el mundo, aunque lo tachen de loco.